El vehículo oficial de la empresa y su conductor.


El vehículo oficial de la empresa, dedicado al transporte de los directivos, estará debidamente dotado en cuanto a equipamiento que garantice su rendimiento, comodidad y seguridad.

La autoridad sobre la disposición del vehículo oficial pertenece al gabinete del Presidente.

El Departamento de Protocolo proporcionará diariamente al conductor (o cuando sea necesario) un planning de rutas, con la relación de personas a trasladar. A estos efectos, el conductor se proveerá de los medios necesarios para utilizar las rutas más adecuadas, recorriéndolas previamente si fuera necesario, para asegurar la eficacia y buen servicio. Estudiará y propondrá, en su caso, rutas alternativas en desplazamientos que prevea complejos, bien por cuestión del estado del tráfico, o cualquier circunstancia que así lo requiera bajo su criterio.

Si el vehículo de la empresa fuera incluido en alguna caravana de seguridad, el conductor recibirá las instrucciones detalladas acordes al caso.

El conductor guardará escrupulosamente el reglamento de circulación y las medidas de seguridad necesarias, y tendrá autoridad para negarse a su violación, dentro de su obligación de priorizar la protección de sí mismo y de sus pasajeros. Del mismo modo, será ejemplo de cortesía y educación en cualquier incidente que se produjese.

En los desplazamientos largos, y durante las paradas de descanso, el conductor estará a lo que disponga su pasajero en cuanto a su lugar en la hora de la comida, y guardará la oportuna discreción y separación, vigilando especialmente la facilidad de entrada y salida del vehículo.

Durante las esperas en las recogidas de los pasajeros, bien con motivo de reuniones, actos, o similar, el conductor permanecerá cerca del vehículo y en todo caso, lo vigilará estrechamente.

El control del estado y mantenimiento general del vehículo oficial de la empresa, corresponde al chofer de la misma, quien velará por:
  • La provisión y buen estado de un botiquín de primeros auxilios. 
  • Su guarda y custodia en el garaje del edificio. 
  • Su decisión sobre la necesidad de efectuar ajustes o reparaciones, así como su limpieza interior y exterior. 
  • El buen uso del sistema de manos libres.

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