Los asistentes imprevistos y/o rezagados.




Aunque se advierta que es imprescindible confirmar previamente la asistencia, la realidad demuestra que muchas personas acuden sin confirmar o incluso se presentan habiendo declinado su asistencia a la misma.
El método de resolución a aplicar será el siguiente:

Se advertirá al interesado, sin rubor y con mucho tacto, que no se le esperaba, y que, por tanto, no se le ha reservado sitio, indicando al interesado que aguarde un momento mientras se le busca acomodo. No se debe, en estas situaciones:

  • Levantar a otros invitados para ganar una plaza, salvo que sean personas de confianza (razón por la que es recomendable tener a estas personas estratégicamente situadas en los actos).
  • Dejarle de pie.
  • Cuando se trate de una personalidad que por su rango deba estar en la presidencia:
    • Si el acto no ha empezado, es obligado reordenar sobre la marcha el protocolo de la misma, de tal manera que el resto de los invitados no lo noten.
    • Si ya ha empezado, le ubicaremos en otro lugar, salvo que el anfitrión, desde la presidencia, disponga lo contrario.
    • Normalmente, en este último caso, el Jefe de Protocolo de esa autoridad o invitado de honor habrá acudido con antelación al lugar del acto o se habrá puesto en contacto con su homólogo en la organización para coordinar la llegada.

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